Soy esa niña que recorría descalza
por la orilla de la playa de mi isla,
buscando caracoles de distintos colores,
dándole rienda suelta a su imaginación,
sentada muchas veces en amaneceres y
puestas de sol...
Soy aquella niña que siempre creyó
en el amor aún cuando crecía y veía,
personas que se odiaban y vivían en rencor...
Fui aquella niña que se enamoró...
bello sentimiento que la hizo mil veces suspirar,
que escondía sus letras en viejos baules, que leía
a Neruda y su poema 20 y cantaba canciones con
su guitarra endulzando su vida, llenándola de cosas
bellas, naturaleza viva, su luna, sus estrellas, sus gaviotas
y sus soles...
Soy aquella mujer, con esa niña en su interior que
cree en la gente, que vive para el amor, que recurre
a sus paisajes, a sus rimas, a los detalles, al amor...
Aquella niña que jugaba a ser mujer y le contaba a sus
caracoles historias de amor en linaje...
Soy aquella niña que de pronto creció que muchas veces
de amor a la orilla de su mar, ella lloró... Que dejó su
pensamiento en el vuelo de mil gaviotas que aún extienden
sus alas para escribirle al amor, en mil derroches de pasión...
Soy aquella mujer que siente, vive y ríe, que camina descalza
por su playa, extiende sus brazos al cielo y le da gracias a Dios
porque fue niña y al pasar de los años aún vive en cada línea
que escribe cantándole a sus caracoles, mojando sus pies en
el mar dejando ir a sus gaviotas cual libre en su pensar...
Soy aquella mujer que escribe, soy sólo aquella niña que un día
sentada a la orilla de su playa contaba caracoles de colores y se
perdía su mirada al horizonte, donde tantas veces descalza corría
y vivía su mar, entre sus sábanas...
Sí fui aquella niña... que deshojó versos de amor... en mil castillos
de ilusión, en aquella playa bendita que hoy vive en mi interior...
Soy... fui y seré...
viernes, 3 de agosto de 2007
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